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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 06: El policía, la camarera y una promesa 2wf6bup

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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 06: El policía, la camarera y una promesa

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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 06: El policía, la camarera y una promesa Empty LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 06: El policía, la camarera y una promesa

Mensaje por DarkSyaoran Vie Ene 22, 2010 7:47 pm

La tarde aún era joven en aquel día donde más de un suceso inesperado y por así decirlo, inexplicable había acontecido en Tomoeda City.
Shaoran y Meiling habían sido testigos de lo que pasó en el edificio Nakai. Será un ave o un ángel lo que pasó por allí. Más allá de pensar en la respuesta, ellos lo tomaron con toda tranquilidad. Total, lo que haya sido, salvó la vida de un inocente obrero.
La necesidad más importante que ellos se disponían a satisfacer es... la de comer.
Y para hacerlo, ellos habían decidido entrar a un restaurante que nunca habían visto llamado Domo Arigato.
Lo que ellos desconocían por completo es que en ese lugar hallarían la respuesta a lo que aconteció por la mañana.

Al entrar, vieron primeramente que ese restaurante habían clientes, eso era una buena señal, ya que si fuese un restaurante del montón, el lugar estaría vacío.
Ambos encuentran una mesa y se sientan esperando a que algunas de la camareras se acerquen a atenderlos.
Desafortunadamente, había algo que destruiría la buena impresión que los dos policías tenían del lugar; el grito del Sr. Ashihiro.

-“KINOMOTO...!!! VEN INMEDIATAMENTE...!!!”

Rápidamente, Sakura llega al despacho de su iracundo jefe.

-Sakura (asustada): “Me... me mandó a llamar, Jefe...”
-Sr. Ashihiro (gritando): “Escúchame bien Kinomoto, es la segunda vez que llegas tarde esta semana. Crees que no me di cuenta que llegaste a las 9:00 a.m.”
-Sakura (inclinando la cabeza): “Sí jefe... lo sé, créame que lo siento mucho... pero hoy tuve que hacer algo urgente y por eso...”
-Sr. Ashihiro: “SILENCIO..!!! sabes muy bien que no me gustan las excusas. Crees que Daidouji se ocupará de todo el trabajo. Tú sabes muy bien las consecuencias que trae tu misma irresponsabilidad, Kinomoto...”
-Sakura (resignada): “Sí Jefe, lo sé...”
-Sr. Ashihiro: “Que bueno que lo sabes niña... esta hora de retraso en tu trabajo te la descontaré de tu sueldo. Si tú sigues así, pronto tú me quedarás debiendo a mí...”
-Sakura: “Sí jefe...”
-Sr. Ashihiro: “QUE ESPERAS, MUÉVETE... PONTE A ATENDER A LOS CLIENTES, Y TRÁEME CAFÉ...”
-Sakura: “En seguida se lo traeré jefe...”
-Sr. Ashihiro: “Ah, y otra cosa... no quiero que entren vagabundos a mi negocio, has entendido...”
-Sakura: “Pero jefe... ellos pagan la cuenta como cualquier cliente que llega...”
-Sr. Ashihiro: “Sólo recibo gente decente a mi restaurante, has entendido Kinomoto...”
-Sakura (cambiándole de tema a su jefe): “Le traeré su café, jefe...”

Sakura sale muy apenada del despacho de su jefe. En su triste mente estaba la señora Kaho, su cliente especial, aquella humilde y necesitada dama al cual ella le daba su propina que ganaba para que pueda comer. Y no sólo ella, otros clientes a los cuales, Sakura quería mucho y que muchos preferirían alejarse de ellos.
Tristemente, Sakura preparaba el café que le mandó pedir su amargado Jefe. Touya, que estaba observando la tristeza de su hermana menor, se le acerca.

-Touya: “Yo me encargaré de servirle el café al jefe. Tú no te preocupes...”
-Sakura: “Pero hermano...”

Touya le enseña a Sakura el cenicero y vierte las cenizas sobre el café del jefe.
De alguna manera él intentaba animar a Sakura, pero en vez de eso, la preocupaba más.

-Sakura: “Por favor hermano... no hagas eso. Te meterás en problemas”
-Touya (sobándole la cabeza a su hermana): “No te preocupes monstruo, ya te dije que él ni se da por enterado...”
-“KINOMOTO...!!! ¿DÓNDE ESTÁ MI CAFÉ?”
-Touya: “Yo se lo llevaré, monstruo... atiende a ese par de policías. Daidouji está muy ocupada atendiendo en otra mesa”
-Sakura: “Está bien, hermano...”

Mientras tanto, ambos policías veían como era el ambiente en aquel restaurante, después de escuchar los fuertes gritos del Sr. Ashihiro.

-Meiling (demasiado irónica): “Es muy agradable, eh Shaoran...”
-Shaoran: “Así parece sargento...”

Sakura se acerca disponiéndose a atender a los recién llegados policías.

-Sakura: “Buenas tardes oficiales... ¿Qué van a ordenar?”
-Meiling: “Yo quiero entremés de pulpo, tallarines con mariscos y salsa Curry”
-Sakura: “Entremés de pulpo, tallarines con mariscos y salsa Curry. Y para usted...”
Desde que la camarera se acercó, Shaoran no dejaba de mirarla. Él había notado que ella estaba muy desanimaba y pensó, de buena fe, que quería animarla de alguna manera para que ella recupere el buen ánimo.

-Shaoran: “Bueno, yo... siento deseos de comer pez globo. ¿Qué tal lo cocinan en este restaurante...?”
-Sakura (muy sorprendida): “Dijo usted... pez globo”

Todo el mundo sabe que el pez globo es venenoso, comerlo sería como tener un pie en la sepultura.
Después de la curiosa orden del oficial, Sakura lo toma como un buen chiste.

-Sakura (riendo): “Ji, ji, ji... es usted muy gracioso oficial, por el día que tuve, no sabe cuanto me anima ese chiste suyo... de verás me la creí”
-Shaoran: “¿Ha tenido un mal día?”

Ante la pregunta algo indiscreta y directa por parte del buen oficial, Sakura cambió de actitud de golpe. Meiling era una espectadora de lujo.

-Sakura (un poco seria): “Por favor oficial ¿Qué va a ordenar?”

Al ver que su intención fracasó, Shaoran no tuvo más opción que... seguir con su intento de animarla.

-Shaoran: “Quiero macarela...”
-Sakura (de nuevo sorprendida): “¿Macarela?”
-Shaoran: “Sí, macarela...”
-Sakura (apuntando la orden): “Además de gracioso, es un policía muy valiente”
-Meiling: “De eso no tiene idea...”

Sakura sabe que la macarela es un pez con demasiadas espinas, nadie prefiere comerlo por el riesgo de lastimarse con ellas. Y no sólo eso, a pesar de no ser del tipo venenoso como el pez globo, parte de la carne de la macarela es demasiada amarga. Ningún restaurante se atreve a cocinar macarela, a no ser que el cocinero sea el amable Yukito.
Pero Shaoran, después de ver otro fracaso por animarla, recapacita y le dice a la mesera lo que en realidad quiere.

-Shaoran: “Disculpe señorita, no fue mi intención molestarla sino animarla... yo pediré un langostino ahumado y un din sum por favor”
-Sakura (mirando al oficial con una tibia sonrisa): “No se preocupe oficial, gracias por preocuparse... a ver, su orden es un langostino ahumado y un din sum. Muy bien... enseguida le traeré sus órdenes”
-Meiling: “Mientras esperamos, podría traernos dos refrescos de cola”
-Sakura: “Sí, en seguida”

Al irse la mesera, Meiling conversa con Shaoran acerca de su actitud hacia ella.

-Meiling: “¿Qué fue eso Shaoran? ¿Por qué la trataste así?”
-Shaoran: “Sólo quería animarla, sargento...”
-Meiling: “Sí claro... claro, ya le simpatizas mucho... es más, ya le gustas. Pero vas a tener que hacer algo mejor que eso para conquistarla, Shaoran”
-Shaoran (rojo): “Eh, pero... pero ¿Qué dices?... yo, yo... mejor cállate, no te vaya a escuchar”

En medio minuto, Sakura trae los dos refrescos que Meiling había pedido.

-Sakura: “Aquí están los refrescos de cola que ordenaron...”
-Meiling: “Muchas gracias...”
-Sakura: “Enseguida estarán listas sus órdenes...”
-Shaoran: “Sí, muchas gracias...”
-Meiling: “Mientras espero, seguiré leyendo el artículo del ángel”
-Sakura (curiosa): “Dijo usted un ángel...”
-Meiling: “Sí señorita... aquí dice que una anciana se salvó de morir porque según ella un ángel vino del cielo la salvó de ser atropellada por un motociclista que perdió el control de su moto por la lluvia”

Sakura se mostró pálida ya que ella es ese ángel. Ella utilizó sus poderes mágicos para salvar la vida de aquella anciana como también del motociclista.
Shaoran se percata de la actitud de la mesera.

-Shaoran: “¿Le pasa algo? ¿Está temblando?”
-Sakura (con la gotita en la cabeza): “Bu.. bueno, es... es que ha... hace mucho frío, sí...”

Meiling se extraña por la respuesta de la mesera, ya que mira por la ventana el tremendo sol que hacía afuera.

-“Pero ¿Qué le pasa a esta chica?” pensaba Meiling con una mirada seria.
-Sakura: “Iré a ver si sus órdenes ya están listas”
-Shaoran: “Está bien...”

Sakura se dirige hacia donde estaba su mejor amiga Tomoyo Daidouji.

-Tomoyo (preocupada): “¿Qué pasa Sakura?”
-Sakura: “El incidente de ayer salió en la primera plana de ese periódico”
-Tomoyo: “No te preocupes Sakura, yo leí ese periódico y no sale nada de ti, ni una foto siquiera, así que tu secreto aún está a salvo”
-Sakura: “Menos mal... pensé que ellos me iban a descubrir”
-Tomoyo: “Tranquila Sakura y cuéntame ¿Hoy pasó algo inesperado, verdad? Por eso llegaste tarde”
-Sakura: “Sí, y lo peor de todo es que hubo mucha gente. Espero que no haya habido un reportero en ese momento”
-Tomoyo: “Mejor no hablemos de eso aquí Sakura, alguien podría estar escuchándonos sin que nos demos cuenta”
-Sakura: “Tienes razón... iré a ver si ya están listos las órdenes de aquellos oficiales”
-Tomoyo: “Buena idea, yo atenderé aquella mesa”

De pronto, la radio de la sargento Meiling anuncia un llamado de emergencia. Fue un golpe de mala suerte para ella.

-Meiling (molesta): “RAYOS...!!! Moriré de hambre...”
-Shaoran: “El deber nos llama sargento...”
-Meiling: “Que injusto... ¿Por qué en estos momentos?”
-Shaoran: “Ve encendiendo el patrullero mientras yo pago las bebidas...”
-Meiling (refunfuñando): “Sí, ya voy... ya voy...”

Shaoran se le acerca a Sakura para pagar la cuenta.

-Shaoran: “Disculpe señorita, mi compañera y yo nos tenemos que ir...”
-Sakura: “Se va... después de tantos chistes”
-Shaoran: “Discúlpenos, es que nos sonó el radio... le hicimos ordenar en vano”
-Sakura: “No se preocupe... las emergencias son primero”
-Shaoran: “Muchas gracias señorita... ¿Cuánto le debo?”
-Sakura: “A ver... son dos refrescos de cola más impuestos... son dos yenes”
-Shaoran: “Dos yenes, eh... muy bien”

Shaoran saca su billetera para sacar su dinero. Grande fue su sorpresa de encontrar sólo dos billetes nada más, además de su identificación y sus tarjetas de MasterCard.
Parecía que el buen oficial tenía un problema, ya que en ese restaurante se paga todo al contado, sin tarjetas ni cheques personales.
-Shaoran: “Caracoles...”
-Sakura: “¿Qué le ocurre oficial?”
-Shaoran: “Me falta...”

Ante esto, Sakura demuestra su bondad hacia el oficial.

-Sakura: “Descuide, no hay problema... es cortesía de la casa”

La cuenta es de dos yenes, un precio que ella puede pagar con las propinas que le dan los clientes que la conocen.
Pero, el buen oficial no iba permitir esto.

-Shaoran: “No... no señorita, tengo los dos yenes, pero no tengo para la propina”
-Sakura: “Pero, eso no es necesario oficial...”
-Shaoran (insistiendo): “Es que quiero dejarle propina”
-Sakura: “Deje propina...”

En eso, la sargento Meiling entra apuradamente al restaurante.

-Meiling (gritando): “Shaoran, se hace tarde...”
-Shaoran: “Ya voy...”

Shaoran seguía insistiendo con la atareada camarera; él quería quedar bien con ella ya que no tenía para darle propina.
Entonces, él sigue revisando su billetera y encuentra algo que recientemente había adquirido. Él lo saca y se lo enseña a la ocupada camarera.

-Shaoran (con el billete en sus dedos): “Lotería...”

Sakura, que estaba lavando algunos platos, voltea al escuchar la voz del policía.

-Sakura (un poco seria): “Con mi suerte... no gracias. Mire, baje al gato del árbol o lo que tenga que hacer”
-Shaoran: “No, no... ese es trabajo de los bomberos”
-Sakura: “Le agradezco mucho sus intentos por animarme, eso para mí es como si me hubiera dado una propina. De veras muchas gracias... porque mejor no va a atender su emergencia, su compañera la está esperando y no es de caballeros hacer esperar a una dama”
-Shaoran: “Sí, tiene mucha razón...”

Las amables palabras de la camarera hacen que Shaoran se admire de su buen carácter, a pesar que no ha tenido un buen día, ya que su jefe fue tan duro al llamarle la atención.

En ese momento, y tras observar el billete que tenía en su mano, Shaoran tuvo una idea.

-Shaoran: “Ya sé... ¿Cuál es su nombre señorita?”

A pesar que estaba llevando una orden, ella le enseña al policía su identificación que colgaba de su uniforme.

-Shaoran: “Sakura eh... Muy bien Sakura, mi nombre es Li Shaoran y somos socios. Si gano la lotería vendré mañana a darle la mitad y si no, vendré a darle la propina ¿Qué me dices?”
-Sakura (dudando): “Digo que no creo que vuelva...”
-Shaoran: “Regresaré mañana... se lo prometo”
-Sakura (sonriendo): “Bien... aquí estaré”
-Shaoran: “Trato hecho. Adiós...”

Shaoran, después de darle la mano a Sakura como despedida, se retira del restaurante. Él le había hecho una promesa tras deberle la propina.

Ese día que comenzó tan extraño para el buen oficial Li Shaoran, pero, el conocer a la camarera Sakura le hizo olvidar el suceso del edificio Nakai. En pocas palabras, paso de ver un ángel para encontrarse con otro, desconociendo que es la misma. Quien sabe que sea el principio de una bonita amistad entre aquel valiente policía y aquella bondadosa camarera...
Pero, aquel inusual día aún no culmina, faltaba la noche, una noche muy crucial para aquellos ciudadanos de Tomoeda City que habían comprado su billete de la lotería, esperanzados en darle al premio de 30 millones de yenes y cambiar sus vidas al ganar este juego de suerte y fortuna.
Una noche milagrosa... estaba a punto de llegar.
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