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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 09: La vida después de la lotería 2wf6bup

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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 09: La vida después de la lotería

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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 09: La vida después de la lotería Empty LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 09: La vida después de la lotería

Mensaje por DarkSyaoran Vie Ene 22, 2010 7:55 pm

Algo maravilloso había ocurrido en la mañana de aquel día: el nacimiento de una sincera amistad entre dos perfectos desconocidos, pero de corazones generosos y nobles. Ellos tenían algo en común, pero que ambos desconocían. La magia.

Aquella mañana, Li Shaoran, el honesto y responsable oficial de policía había cumplido la promesa que le hizo a una camarera de buen corazón llamada Sakura Kinomoto. Su palabra había sido más fuerte que el deseo de sus hermanas mayores.
Sakura sintió que su mala suerte había desaparecido y se desahogó profundamente en su felicidad. Nunca se imaginó que algo así le iba a suceder.
Después del milagro que había ocurrido en el restaurante Domo Arigato, Sakura y Shaoran se encontraban en sus respectivos hogares, preparándose para una tarde que nunca olvidarán.
El reloj marcaba las 2:00 p.m. Shaoran y sus cuatro hermanas se dirigían al Centro Cívico de Tomoeda City para cobrar el premio. Él ya se imaginó que sus hermanas no lo iban a tomar de la mejor manera su buena acción.
-Shaoran: “Chicas... cinco millones de yenes es una cantidad de dinero enorme”
-Fuutie (con voz alta): “Deberíamos internarte al manicomio por el resto de tu vida”
-Fanren (molesta): “Sí... deberíamos ponerte camisa de fuerza y llevarte al manicomio de Yokohama donde siempre pasan cosas terribles”
-Shaoran: “Escuchen, es que... ustedes no estuvieron allí. Ella tiene clientes que sufren de enfermedades y los trata como un ángel, además... además tiene un jefe infernal”
-Shiefa: “Porque le diste la mitad. ¿Por qué no se lo diste todo?”

Nada de lo que Shaoran decía les quitaría a sus hermanas la rabia que sentían por haber compartido el premio de la lotería con alguien que no conocía. A no ser que...

-Shaoran: “Vamos chicas, hacemos lo correcto. Y saben que, toda la ciudad las van a admirar, las van a querer conocer... serán unas celebridades. Quizás las conozcan como “las cuatro hermanas con corazón de oro” ¿Qué les parece? ”

Shaoran habían dado justo en el blanco en lo que ellas más ansiaban... ser famosas.
Ante las palabras de Shaoran, sus hermanas piensan... y piensan.

-Feimei: “¿Qué dicen, chicas? El enano tiene razón...”
-Shiefa: “Sería la oportunidad perfecta para ser famosas en Tomoeda City”
-Fanren: “Quizás podamos alternar en la alta sociedad... o aparecer en la portada de alguna revista de modas”
-Fuutie: “De acuerdo... de acuerdo. Es suficiente... haremos lo que él pide”

Él estaba con cierta ansiedad por saber que es lo que sus hermanas habían decidido.

-Shaoran: “Y... ¿Qué me dicen, chicas?”
-Fuutie: “Esta bien... sólo esta vez, lo haremos a tu manera”
-Fanren: “Sí... más vale que saquemos provecho”

El rostro de Shaoran parecía decir ¿Qué hermanas tengo?. Pero lo importante era que ellas ya no le discreparían por haber compartido la mitad de la lotería.

Eran aproximadamente las 3 p.m. y en el Centro Cívico, principal edificio de Tomoeda City, gran cantidad de personas (mayormente reporteros y personas relacionadas con la lotería) se habían dado cita para conocer a los tres afortunados ganadores.

Uno de los ganadores es una modesta chica de nombre Rika Sasaki. Usaba un vestido de color blanco con rosado, que era sencillo pero presentable. Ella tiene una tienda de antigüedades y objetos de segunda mano que heredó de su difunto padre y sólo vivía con su mamá. Ganarse la lotería es lo mejor que le pudo haber pasado.
Ella caminaba tranquila, pasando desapercibida para la gente de prensa; cuando en eso, se tropieza accidentalmente con un joven que venía sin percatarse de ella y ambos cayeron al suelo. Inmediatamente después del penoso choque, el joven se levanta y le ayuda a Rika a levantarse.

-Joven: “Discúlpeme usted, señorita... no fue mi intención, créame... anduve distraído”
-Rika: “No se preocupe... yo también estuve distraída”

Cuando Rika le mira el rostro del joven, vio en este la cara de su padre cuando era joven.
Una nostalgia la invadió. Su mirada la delataba y tuvo un entorno triste; sus mejillas se sonrojaron.
El joven se retiró de Rika después de haberse disculpado. Ella sintió unos deseos de seguirlo, tal parece que estaba bajo el efecto de una fuerte sensación que sentía dentro de su pecho.
Muy distantes de aquellos curiosos personajes, se encontraba Shaoran, Sakura y la tenaz reportera del diario The Tomoeda Post, Nakuru Akisuki.

-Nakuru: “Le prometió a la Srta. Kinomoto que si ganaba la lotería, le daría la mitad”
-Shaoran: “Así es... era la propina”
-Nakuru: “¿La propina? (con voz alta) Oigan, aquí hay un policía que dio una propina de cinco millones de yenes”

Esta indiscreta acción sorprende a Shaoran y en especial a Sakura.
Casi todos los hombres de prensa formaron un medio círculo alrededor de ellos. Estaba también presente Tomoyo Daidouji, ella había acompañado a Sakura al lugar. A cada momento le daba ánimos a su mejor amiga. Justo cuando las preguntas de los reporteros iban a llover, las cuatro hermanas de Shaoran aparecieron después de irse a retocar para salir en televisión.

-Shaoran: “Hermanas, vengan aquí...”

Sus cuatro hermanas intentaban pasar al frente, donde se encontraba la fila de los ganadores e hicieron todo lo posible para figurar en la prensa. Saludaban a la cámara de televisión, pero todas quisieron salir primero. Vaya problema.
En eso, Sakura, que traía un hermoso ramo de rosas entre rojas y blancas, se le acerca a las hermanas de Shaoran.

-Sakura: “Ustedes son las hermanas de Shaoran”
-Feimei: “Sí, así es niña...”
-Sakura (sonriente): “Pues este ramo es para ustedes... si hubiera sabido que Shaoran tenía cuatro hermosas hermanas, habría traído tres ramos más”
-Fanren: “No te preocupes...”
-“Pero que tipa tan igualada” pensaba Fuutie algo seria.
-Sakura: “Que increíble es regalar cinco millones de yenes a una desconocida. Les doy las gracias”

Sus palabras molestaron mucho a las cuatro hermanas de Shaoran. Sus furiosas miradas asustaron mucho a Sakura.
Felizmente para ella, los reporteros comenzaron las entrevistas.

-Reportero 1: “Oficial... tuvo problemas con sus hermanas por compartir cinco millones de yenes a una desconocida”
-Shaoran: “Bueno... yo”
-Fuutie (entrometiéndose): “No, para nada... tanto él como nuestros conocidos nos consideran como “las hermanas con corazón de oro”
-Nakuru: “Srta. Kinomoto ¿Qué piensa hacer con el dinero? Auto nuevo... casa grande”
-Sakura (sonriendo): “No lo sé... aún no lo he pensado, fue tan inesperado”
-Reportero 2: “Oficial ¿Qué lo motivó a compartir su boleto con la Srta. Kinomoto?”
-Shaoran: “Yo le debía la propina y le dije que si ganaba la lotería, le daría la mitad y sino, regresaría a darle la propina”
-Reportero 2: “Una promesa poco usual en estos tiempos, no lo cree oficial...”
-Shaoran: “Sí... pero, una promesa, grande o pequeña, se cumple...”
-Nakuru: “Srta. Kinomoto ¿Es la propina más grande que ha recibido?”
-Sakura: “Sí, así es...”

En eso, el encargado oficial de la lotería llamaba a todos los ganadores de la lotería para una foto en conjunto con sus respectivos cheques.
Y pensar que sólo eran tres boletos los que ganaron, pero son ocho las personas que estaban subiendo al púlpito de los “ganadores”.
Shaoran, sus cuatro hermanas, Sakura, Rika Sasaki y el otro ganador.
Sorpresivamente, el otro ganador era el joven con quien Rika Sasaki se había chocado.
Rika no lo podía creer. Se trataba de un hombre llamado Yoshiyuki Terada, un profesor que dictaba clases en una Universidad local. A simple vista daba la sensación que en verdad era profesor por lo elegante que lucía.
Cuando Yoshiyuki Terada ve a Rika Sasaki, éste se le acerca para conversar con ella.

-Yoshiyuki Terada: “Es usted... vaya, usted también ganó la lotería. La felicito señorita...”
-Rika (muy nerviosa): “Rika... Rika Sasaki y gra... gracias... usted también ganó la lotería”
-Yoshiyuki Terada: “Sí, Srta. Sasaki... así es, nunca pensé que ganaría”
-Rika: “Yo tampoco... mi mamá se mostró muy entusiasta y me hizo comprar el billete”
-Yoshiyuki Terada (sonriendo): “Vaya, su mamá le dio mucha suerte”
-Rika (sonriendo también): “Sí, es la única persona que tengo en la vida”
-Yoshiyuki Terada: “Oh, ya veo...”

Los fotógrafos, incluida la tierna Tomoyo, ya estaban listos para tomar las fotos de los ganadores de la lotería, mientras que los reporteros seguían en los suyo.

-Reportero 1: “Oficial... ¿Piensa retirarse de la policía?”
-Shaoran (sonriente): “No, para nada... voy a comprar a la policía”

Los reporteros se rieron ante la simpática respuesta de Shaoran.

-Nakuru: “Sakura...”
-Sakura (sonriente): “Con que ahora soy Sakura, eh...”

Los reporteros volvieron a reírse, pero esta vez por el comentario de la alegre Sakura.
El ambiente era de lo mejor, salvo con las inquietas hermanas de Shaoran, que seguían peleándose por figurar ante las cámaras.
El encargado oficial de la lotería traía los tres enormes cheques para los ganadores. Rika Sasaki y el profesor Yoshiyuki Terada tenían el suyo, mientras que Shaoran agarraba el cheque que les pertenecía, a él, a sus hermanas y sobretodo... a Sakura.

Ahora era el momento de la foto de los ganadores con sus cheques. Rika quiso tomarse la foto junto con Yoshiyuki Terada mientras que, las cuatro hermanas de Shaoran se pusieron al frente para salir primero en la foto. Fanren, que tenía en sus manos el ramo que Sakura les había regalado, puso las flores casi en el rostro de Sakura para que no saliera en la foto. Pero Sakura sí salió en la fotografía, sin que Fanren se diera cuenta.
Las luces de las cámaras fotográficas destellaban a cada segundo, los rostros de los ganadores se iluminaban a cada instante. Ese fue el punto final de aquella tarde en el Centro Cívico de Tomoeda City.

Al día siguiente, los ciudadanos de todo el estado se enteraban por las primeras planas de los periódicos la noticia de Shaoran y Sakura.
El diario de Nakuru Akisuki, The Tomoeda Post, publicó en su primera plana: “Policía da propina de cinco millones de Yenes”
Nakuru había escrito el artículo muy detalladamente y con total honradez, en cambio, los diarios competidores se dedicaron a ver la noticia de otro punto de vista, tildando la noticia como algo absurdo y ridículo que una persona dé tal cantidad de dinero como propina.
La noticia se propagó por toda la ciudad, incluyendo en una lujosa mansión donde vive uno de los tantos clientes que estimaba mucho a Sakura. Eriol Hiragizawa. Él estaba en su enorme sillón favorito, acompañado por un extraño gato negro llamado Spinnel Sun (Spi).

-Spi: “Ya leyó los diarios, Eriol...”
-Eriol: “Sí...”
-Spi: “Y ¿Qué piensa al respecto?”

Eriol se puso de pie y se dirigió a la ventana. Luego, después de acomodar sus lentes, le responde al pequeño Spi.

-Eriol: “Sakura se lo merecía, en verdad se lo merecía”
-Spi: “El policía fue muy generoso con ella, no lo cree...”
-Eriol: “No sólo es generoso con ella, también es con los demás. Vaya chico...”
-Spi: “¿A que se refiere con eso?”
-Eriol: “Él hace cosas que la gente ni se da por enterado, al igual que Sakura, ella también ayuda a la gente. Ambos son generosos...”
-Spi: “Usted sabe algo de esos dos chicos o me equivoco”
-Eriol: “Sí...”
-Spi: “Y me puede decir ¿Qué es lo que usted sabe sobre de ellos?”

Eriol se voltea y lo mira fijamente.

-Eriol (sonriendo): “Pronto lo sabrás, mi querido Spinnel Sun”

Al parecer, Eriol Hiragizawa sabía algo de Sakura y Shaoran.

En una avenida cerca al edificio Nakai, Shaoran y sus hermanas se dirigían a una tienda de ropa importaba, había comenzado el despilfarro.
Antes de llegar, el punto de conversación de ellas fue... Sakura

-Fanren: “Esa chica no tiene gusto...”
-Fuutie: “Sí, tienes razón... su atuendo parecía de los ochenta”
-Shaoran: “Vamos, a mí me parece bien, porque no es ostentosa... es mesera”
-Shiefa: “La belleza es nuestro negocio, tonto”
-Feimei: “Sí, y nosotras tenemos mejor criterio que tú, enano”
-Shaoran: “Cálmense, no es para tanto...”

Cuando por fin llegan a la tienda de nombre Chadame, Shaoran ve al frente de esta tienda a un pobre hombre desaseado, con ropas haraposas, pidiendo limosna.
Cuando él se le acerca para darle un billete de cincuenta yenes, es detenido por su hermana Fuutie.

-Fuutie: “Deja de estar regalando tu dinero a todos los vagos de la ciudad, uyy...”

Pero Shaoran no se desanimó. Espero a que sus hermanas entraran a la tienda para aprovechar en darle una limosna al limosnero. Esta vez le dio dos billetes de cincuenta yenes.

-Limosnero: “Muchas gracias señor... que Dios lo bendiga”
-Shaoran: “Descuide”

Pasaron unas cuatro horas y ½, Shaoran cargaba ocho enormes paquetes pertenecientes a sus hermanas que no dejaban de comprar. Él ni siquiera se compró algo.
Otra hora pasó y cada una de sus hermanas llevaba puesto abrigos de piel de armiño importados y de oferta.

-Fuutie: “El color de este abrigo es precioso... ahora me compraré alhajas que hagan juego con mi hermoso abrigo”
-Feimei: “Que hermoso abrigo me he comprado y que delicioso abriga... ahora si estoy en paz conmigo misma”
-Shaoran: “Que bueno Fei...”
-Shiefa: “Yo también me compraré alhajas. Yo conozco una joyería donde podemos ir”
-“Oh, no... más gastos, más paquetes” pensaba Shaoran
-Fanren: “Muy bien... y ¿Qué estamos esperando?”

Al salir de la tienda Chadame, ellas tuvieron el infortunio de cruzarse con un grupo personas que protestaban en contra de hacer abrigos con las pieles de los animales.
Las cuatro no pudieron evitar que estas personas le tiraran pintura a sus costosos y finos abrigos de piel de armiño.
El que se salvó de todo esto fue Shaoran, que, a pesar que traía doce paquetes en sus manos, los protestantes decidieron no atacarlo porque pensaron que eran sus paquetes, además, sabían que los hombres no usan abrigos de pieles.
Shaoran le dio importancia a algo que estaba observando, algo muy familiar que le había sucedido hace pocos días. Él miraba el gran edificio Nakai. La construcción había sido suspendida hasta nuevo aviso debido al incidente con el obrero.
Él seguía pensando en el presunto ángel que había aparecido aquel día.
Pero su atención se interrumpió debido a los gritos de sus hermanas.

-Feimei (furiosa): “Enano...!!! ¿Porqué no hiciste algo?”
-Shaoran: “Estuve ocupado Fei...”
-Shiefa (molesta): “Ocupado... ocupado, pero si estabas parado allí como una estatua”
-Shaoran: “Tenía que salvar sus paquetes o la perdida iba a ser mayor para ustedes”
-Fuutie (muy molesta): “Uyyyyyyyyy...”

Las hermanas de Shaoran estaban empapadas de pintura de colores, sus abrigos de piel recién comprados se habían estropeado. Ni modo, a seguir comprando ropa...

Mientras tanto, Sakura llegaba tranquilamente a su casa con dos enormes paquetes, allí lo esperaba su hermano Touya.

-Touya: “Vaya... parece que has hecho las compras de todo un mes, monstruo”
-Sakura (molesta): “Ya te dije que no me digas monstruo... ayúdame a cargar esto”

En eso, Sakura oye una suave voz que venía de la cocina. Era Yukito

-Yukito: “Yo te ayudaré...”
-Sakura: “Yukito... gracias eres muy amable”
-Yukito: “De nada... hoy he preparado algo delicioso, les aseguro que les va a gustar”
-Sakura: “Huele muy bien Yukito, estoy seguro que sabrá delicioso”

Un rato más tarde, los tres estaban almorzando y conversando amenamente.

-Touya: “Y ¿Cómo te fue en la universidad?”
-Sakura (alegre): “De maravillas... hablé con el Rector y me dijo que ya no había necesidad de repetir mi ciclo. Pagué todos los gastos hermano, y no sólo eso, pagué por adelantado los demás ciclos, para no tener problemas y concentrarme solamente en mis estudios”
-Touya (con una pequeña sonrisa) “Te felicito...”
-Yukito: “Yo también te felicito Sakura...”
-Sakura: “Y todo gracias a la generosidad del oficial Shaoran”

Touya era el único que no compartía las palabras de su hermana. En el fondo, quiere mucho a su hermana menor, por eso es celoso con ella.

-Touya: “Oye monstruo... ¿Qué vamos a hacer de ahora en adelante?”
-Sakura: “Es cierto... quería decirles algo muy importante”
-Yukito “Y ¿Qué es Sakura?”

Sakura les dice acerca de una idea que había tenido.

-Touya (sorprendido): “¡¡¡Queeeeee...!!!”
-Yukito: “Estás segura de lo que piensas hacer, Sakura”
-Sakura (sonriente): “Así es, nosotros junto con Tomoyo, haremos un buen negocio. Ya lo verán...”
-Touya: “Bueno, tienes razón monstruo... al menos ya no tendrás que aguantar más los gritos del Sr. Ashihiro. Si alguien me hubiera tratado igual que él, me habría largado de una buena vez”
-Sakura: “Pero hermano, ya te dije que trabajaba allí por una buena razón. No me importaba el trato del Sr. Ashihiro...”
-Touya: “Es verdad, no sé cuál será tu buena razón, pero estoy orgulloso de ti, Sakura”
-Sakura (contenta): “De verdad... muchas gracias hermano”
-Yukito: “Ahora sin él, todo será en total armonía”
-Touya: “No hubiera soportado un día más la manera como te trataba, monstruo”
-Yukito: “Yo tampoco Touya...”
-Sakura: “Muchas gracias chicos”
-Touya: “Muy bien... me encargaré de lavar los platos. Tú vete a estudiar monstruo”
-Sakura: “Está bien, hermano... pero deja de llamarme monstruo, quieres...”

Después de tan delicioso almuerzo, Sakura se dirige a su habitación donde es recibida por el pequeño Kero.
Él estaba ansioso por algo que ella le había prometido.

-Kero: “Lo trajiste, lo trajiste... ¿En dónde está? ¿En dónde?”
-Sakura: “Cálmate Kero, aquí está...”

Sakura le da a Kero una mediana caja. Ella le había comprado unos carísimos pero exquisitos dulces. Kero se sintió muy feliz, como no tienen idea.

-Sakura: “No te lo comas todo Kero... o te enfermarás del estómago”
-Kero (feliz): “Que bien, cumpliste tu promesa... muchas gracias Sakura... Mmmm, pero que delicioso estuvo este dulce”
Cuando Sakura escucha de Kero decir cumpliste tu promesa, recordó lo que Shaoran hizo por ella.

-Sakura: “Aprendí del mejor...”
-Kero (mientras tenía un dulce en su boca): “Te refieres a ese chico verdad...”
-Sakura (sonriente): “Sí...”

A Kero no le gustaba la idea de que otra persona sea más buena y generosa que Sakura.

-Kero: “Pero él nunca podrá igualar tu buen corazón Sakura”
-Sakura: “En serio... muchas gracias Kero”

Sakura se quedó muy contenta tras escuchar al pequeño Kero. Después de eso, Sakura se sentó en su escritorio, sacó sus libros y empezó a estudiar.
Y así fue la vida después de la lotería, con diferentes situaciones entre ambos personajes.
Por un lado, el materialismo visto en las hermanas del buen Li Shaoran y por el otro, el entorno feliz y la buena voluntad vista en la noble Sakura Kinomoto.
La soleada Tomoeda City ya conoce a estos dos chicos, sólo falta que la gente de esta radiante ciudad sepan que ellos podían hacer magia y que la usan no sólo con mucha responsabilidad, sino también para ayudar a la gente. Quizás cuando ese día llegue, la gente de Tomoeda City se darán cuenta de que ellos son más que unos buenos chicos.
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