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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 14: Complot 2wf6bup

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LA LOTERIA DEL AMOR Capítulo 14: Complot

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Mensaje por DarkSyaoran Vie Ene 22, 2010 8:18 pm

El policía y la camarera vivían el inicio de su amor en un lugar extraño e improvisado para ellos: en una tranquila posada de Tomoeda City llamado Bahía Plaza. Pero duras pruebas han de venir para ellos.
Han transcurrido un día desde que el diario The Tomoeda Voice publicó en sus páginas un artículo de nuestros conocidos, resaltando malicia e interés personal inexistentes en sus actos, ocultando la verdad, el altruismo y las buenas intenciones que ellos habían dado a muchas personas. Obviamente, había una cierta incertidumbre por conocer que pensaba la gente de Tomoeda City al respecto.

En casa de la mesera, su hermano Touya regresó después de haber buscado a Sakura por casi toda la noche. Él venía acompañado por Yukito.

-Touya (preocupado): “¿En donde se habrá metido?”
-Yukito: “Vamos Touya, cálmate... tú ya la conoces, ella sería incapaz de preocuparte de ese modo. Veamos si ha llamado o ha dejado un mensaje en la contestadora...”
-Touya: “Está bien...”

Yukito verifica si hay mensajes en la contestadora.

-Contestadora: “Tiene dos mensajes nuevos... primer mensaje... pip... Buenas noches Joven Touya, le habla Tomoyo Daidouji, llamo para preguntar por Sakura. Espero que la haya encontrado, estoy muy preocupada por ella. Por favor, avíseme si hay noticias de ella... Adiós”
-Yukito: “Por lo visto, la señorita Daidouji también lo sabe”
-Touya: “Sí, así es... a ella la llamé primero pensando que Sakura había ido a su casa”
-Yukito: “Oh, ya veo... escuchemos el segundo mensaje”
-Contestadora: “Segundo mensaje... pip...”

Un leve silencio en el aparato, dejaba más nervioso a Touya. Pero, sus preocupaciones se terminaron al escuchar la dulce, pero sollozante voz de ella.

-“Hermano... soy yo...”
-Touya (sorprendido): “Pero si es... Sakura”
-Yukito (con el dedo entre los labios): “Shuuuuuu, escuchemos que dice el mensaje”
-“Discúlpame, hermano... por haber huido de casa, pero me sentí tan triste, además, lo que dijiste de Shaoran fue muy cruel de tu parte. Eso me hizo sentir... desilusionada. Pero, después de reflexionar mucho, me di cuenta que dijiste todo eso para protegerme y porque me quieres, y eso es algo que aprecio, hermano... Yo también te quiero, eres mi única familia desde que papá murió... Recuerdo que una vez me pediste que confiara en ti. Yo... te pido que tú hagas lo mismo, confía en mi. No te preocupes, estoy bien... me quedaré a pasar la noche en la posada Bahía Plaza que está cerca del puerto. Ahora que sabes en donde estoy, supongo que estarás más tranquilo. Adiós hermano...”

Después del mensaje de Sakura, Yukito observa la mirada cabizbaja de Touya. Él sabía que estaba arrepentido por la pelea que tuvo con su hermana, aunque él no se atrevía a pronunciar palabra alguna.

-Yukito (mirando a Touya): “Ahora que sabemos donde está, será mejor que descanses un poco Touya, has pasado una mala noche”
-Touya: “No, descuida... estoy bien”
-Yukito: “Supongo que quieres ir a buscarla, verdad...”
-Touya: “Sí...”
-Yukito: “Entonces, dame tiempo para preparar un café bien cargado como desayuno, debes estar lúcido para cuando la veas. Recuerda lo preocupada que es ella”
-Touya: “Sí, está bien...”
-Yukito: “Ah, recuerda que debemos avisar a su amiga Tomoyo que ella está bien”
-Touya: “En seguida la llamaré...”

Se respiraba un mejor aire en casa de la Sakura. Su hermano mayor ya estaba tranquilo después escuchar el mensaje de ella.
Y en la posada Bahía Plaza, Sakura y Shaoran habían compartido una mañana tranquila y un delicioso desayuno, como también sus primeras horas de amor. Vivían un ambiente de confort; ellos se habían olvidado por completo del mal día anterior que tuvieron.

-Sakura: “Me gustaría hacer algo bueno el día de hoy, Shaoran”
-Shaoran: “Sí, yo también...”
-Sakura (alegre): “Debemos deshacernos de todo lo malo por la que hemos pasado. Y eso lo podemos conseguir unidos, Shaoran”

Sakura dirigió su mirada a Shaoran por varios segundos; ella le hablaba con un tono de voz suave y tranquilizadora.

-Sakura (sonrojada): “Ahora que sé que sentimos lo mismo, será sencillo para mí seguir ayudando a las personas y hacer cosas buenas; porque tu compañía es lo único que necesitaré, Shaoran...”
-Shaoran (igual de sonrojado): “Yo... siempre estaré a tu lado, Sakura... ”

El amor que sentían se volvía más fuerte y los hacía besarse nuevamente en el ocaso de aquella mañana. Pese a lo que sucedió, ellos querían seguir en sus buenas intenciones.
Eran aproximadamente las 2:00 p.m. cuando ellos decidieron dejar la posada. Estaban, como jugando, corriendo hacia la puerta para ver quién llegaba primero. Pero, al cruzar la puerta, se dieron con algo impensado, que arruinaría lo que ellos estaban por hacer, regresando a vivir lo que pensaron que había acabado.
La camarera y el policía se encontraron rodeados de varias personas pertenecientes a la prensa de casi toda la ciudad (excepto Nakuru Akisuki). Fotógrafos, camarógrafos y entrevistadores acosaban a Sakura y a Shaoran, intentando sacarles comentarios con sus preguntas.
Shaoran hizo lo posible por cubrir a Sakura y evitar que los hombres de prensa se le acercasen, pero no dio resultado, los insistentes y confianzudos reporteros no los dejaban tranquilos. Ante esto, ellos, tomados de la mano, huyen rápidamente y se alejaron del lugar, dejando a los reporteros muy atrás.
Al no ver a nadie siguiéndolos, ellos se detienen para dar un respiro a su esporádica huida.

-Shaoran (jadeando): “No te preocupes, ya no nos siguen...”
-Sakura (algo cansada): “Oh, Shaoran... ahora ¿Qué vamos a hacer?. Esta pesadilla aún no termina”
-Shaoran: “Rayos... ¿Acaso no existe algo para que nos dejen tranquilos?”

Sakura sabía que si ambos decidían hacer algo, por más noble que fuera, serían víctimas de la prensa amarilla y era algo que no quería volver a vivir.

-Sakura: “Mejor regresemos a nuestros hogares, Shaoran”
-Shaoran: “Pero, Sakura...”
-Sakura: “Acaso no lo entiendes, si hacemos algo, ellos podían mal interpretarlo y nos harían quedar mal nuevamente”
-Shaoran (contrariado): “Está bien, te doy toda la razón, pero no creas que dejaré de verte, Sakura”
-Sakura: “Siempre pensaré en ti, Shaoran”

Una tarde de buenas acciones había sido interrumpida injustamente, por la que ambos decidieron regresar a sus casas, pese a las razones por las que huyeron.
Sakura y Shaoran se dieron un tierno beso, despidiéndose de su compañía, prometiendo volverse a encontrar nuevamente.
En esos momentos, las cuatro hermanas del policía se encontraban en el despacho de Jack Miyamoto, el hombre que conocieron en aquella fiesta que ellas habían asistido.
Lo que buscaban de él era ayudarles a recuperar el dinero que su hermano le había regalado generosamente a la mesera.

-Jack Miyamoto: “Entiendo a la perfección lo que pretenden, chicas. Y les aseguro que no es difícil de hacer... sólo es cuestión de tiempo para llevarlo a cabo”
-Fuutie: “Está seguro de lo que dice...”
-Jack Miyamoto: “Así es... si es que pretenden hacerlo, debemos planear muchas cosas, y si la suerte está de nuestro lado, podrán recuperar el dinero que su hermano le dio a la Srta. Kinomoto”
-Fanren: “Y mientras tanto, ¿Qué cosa tenemos que hacer?”
-Jack Miyamoto: “No mucho diría yo.. el que sí va a tener mucho trabajo es su servidor, debo investigar mucho acerca de la mesera. Ese será mi trabajo como abogado que soy, y, sacar provecho de esa información”
-Feimei: “Oh, eso me parece genial. Ven chicas, les dije que sería buena idea pedir los consejos del Sr. Miyamoto”
-Shiefa: “Si... si, tampoco presumas de eso Fei...”

Las hermanas Li y el viejo abogado Jack Miyamoto se quedaron conversando por buen tiempo, planeando una sucia jugada para Shaoran y Sakura.

Un rato más tarde, en casa de Sakura, ella había entrado, pero no encontró a su hermano, por ningún lado: al parecer, se había ido con Yukito a la posada donde pasó la noche.
Sakura sólo encontró al pequeño Kero que, dejó de estar preocupado cuando la vio.

-Kero (contento): “Sakura...”
-Sakura (contenta): “Kero... eres tú”

La alegre mesera abraza su guardián como si fuera un peluche.

-Kero: “¿Dónde has estado, niña tonta?”
-Sakura: “Discúlpame Kero... yo me sentí... triste, yo... yo...”
-Kero: “Está bien, Sakura... no quiero que te pongas triste... tú no eres la única que estuvo así... tu hermano Touya te estuvo buscando toda la noche”
-Sakura (asombrada): “En serio...”
-Kero: “Sí, Sakura... Tomoyo estuvo llamando varias veces, y yo también me preocupé mucho por ti”
-Sakura: “Muchas gracias Kero, por eso te quiero mucho...”

A Sakura le dio mucha alegría escuchar las palabras de su pequeño guardián y amigo, así que, ella le da un cariñoso y fuerte abrazo, dejando sin oxigeno al pobre de Kero.
En eso, una voz conocida se escucha en su casa.

“Espero que me abraces igual como lo haces con ese muñeco”

Era la voz de su hermano Touya, que había regresado a su casa, al no haberla encontrado en su casa. Sakura se sorprende mucho; muy dentro de ella sintió una felicidad al verlo.
Afortunadamente, Kero reacciona a tiempo y se queda quieto como si en verdad fuera un muñeco de felpa, pero a pesar de eso, pudo ver a su dueña, Sakura, en los brazos de su hermano mayor, la única familia que tenía desde que su padre falleció. Pese a no haber dialogo entre ellos, se podía notar claramente que Sakura había perdonado a su hermano. El amable Yukito Tsukishiro entra a la casa y atestigua aquella tierna escena entre hermanos.
En casa del policía, él llegó y no encontró a ninguna de sus cuatro hermanas. La lujosa casa que sus hermanas re–modelaron a su gusto, con varias cosas finas y caras que ellas compraron, se encontraba vacía. Segundos después, Shaoran encontró una nota de sus hermanas, esta nota decía:

“Enano, nos ausentaremos por dos días... Cuida la casa”

Aquella nota estaba escrita con la letra de su hermana Feimei. Él estaba desconcertado y entró en suspicacias.

-Shaoran (extrañado): “Que extraño. Nunca las escuche decir que tenían planeado hacer un viaje”

Pero, lo que sus hermanas estaban planeando no era exactamente un viaje, sino, estaban viendo la forma de cómo quitarle el dinero a la camarera.

2 DIAS DESPUÉS...

Habían transcurrido 2 días desde que Shaoran y Sakura, por una casualidad del destino, pasaron una noche de lluvia en una posada.
Aquellos días fueron tranquilos para ellos. Para felicidad de sus clientes especiales y, en especial para su mejor amiga, Tomoyo Daidouji, Sakura retomó sus labores en su concurrido restaurante. Mientras que Shaoran, a pesar que aún no podía retornar a la policía, vivía apaciblemente en el (ahora) enorme departamento, que más parecía una Suite de lujo donde vivía con sus cuatro hermanas, que por cierto, no habían llegado.
Él siempre tenía la visita de su inseparable compañera, la sargento Meiling. Pero, a la que más extrañaba era a Sakura; dos días sin verla era demasiado tiempo para él.

Mei disfrutaba de las comodidades de la gran Suite; en cambio a Shaoran, no parecía importarle mucho, ya que tenía la mente puesta en Sakura.

-Meiling: “Ya deja de pensar en Kinomoto, ella de seguro está bien, acuérdate que tiene un gran negocio que atender”
-Shaoran: “Sí, lo sé...”
-Meiling: “Anímate... estoy segura que pronto la vas a ver”
-Shaoran: “Bueno... sí, eso supongo”

Cuando en eso, la radio de la sargento Meiling suena, advirtiendo una emergencia.

-“Atención, a todas las unidades cerca del parque de Tomoeda City... atención, hay un tres uno en dicho lugar, repito... hay un tres uno en el parque de Tomoeda City”

En tres uno en términos de la policía significa Persona(s) extraviada(s). Meiling no perdió el tiempo y se dirigió al patrullero 84. Shaoran, que por cierto, no tenía nada que hacer, decide acompañarla.

-Meiling: “Estás seguro, Shaoran...”
-Shaoran (moviendo la cabeza de arriba abajo): “Sí, yo te acompañaré...”
-Meiling: “Pues que esperamos... boletos, vámonos”
-Shaoran: “Sí...”

Pocos minutos después, Shaoran y la sargento Meiling subieron al patrullero rumbo al parque de Tomoeda, el mismo lugar donde Shaoran y Sakura patinaron cuando salieron por primera vez.

-Meiling (guiñando el ojo): “Muy bien Shaoran, agárrate que allí vamos...”
-Shaoran (asustado): “No, Meiling no... ESPERA”

Shaoran soportó lo mismo de siempre, a Meiling conduciendo el vehículo policial a toda velocidad.

Tardaron 10 minutos en llegar, y eso, gracias a la impetuosa sargento y su modo de conducir el patrullero. Lo irónico sería que ella fuera el primer policía en la historia en recibir una multa por exceso de velocidad.

Al bajar, ellos comenzaron la búsqueda por el parque de aquella persona extraviada: una niña de 9 años.

-Shaoran: “Explicaron en la radio como era la descripción de esa niña”
-Meiling: “Sí Shaoran, ella se llama Miao Yin, tiene 9 años y tenía puesto un vestido amarillo claro con ribetes verdes”
-Shaoran: “Miao Yin, eh... entendido”

Ambos buscaron por varios minutos y no conseguían dar con ella. Meiling gritaba su nombre, pero, como la niñita se llamaba Miao, daba la sensación que la sargento estaba imitando a un gato.
Al llegar a los lugares donde habían árboles gigantescos, Meiling seguía gritando su nombre. Cuando de pronto, Shaoran siente una presencia igual a la que sintió en el edificio Nakai, donde él avistó lo que parecía ser un ángel.

-Meiling: “¿Qué sucede Shaoran?”
-Shaoran: “Estoy sintiendo la misma sensación de aquella vez, en el Edificio Nakai”
-Meiling: “Estás seguro...”
-Shaoran: “Sí Mei, no me puedo equivocar, es la misma presencia...”

Sorpresivamente, la pequeña niña aparece por detrás de ellos.

-Meiling (sorprendida): “Mira eso Shaoran...”
-Shaoran: “La niña del vestido amarillo...”

La pequeña niña se les acerca; ella estaba tranquila, aunque en su carita tenía signos de haber llorado mucho, quizás se debió al momento que se extravió.

-Meiling (tocándole su cabeza): “Oye pequeña... ¿En donde te habías metido?”
-Miao Yin (un poco triste): “Es que... unos niños se burlaron de mi nombre y me fui llorando y luego me perdí”
-Shaoran: “Que bueno que llegaste hasta aquí, ya que estamos muy cerca del parque”
-Miao Yin: “Yo no vine hasta aquí... mi ángel guardián me trajo”
-Meiling y Shaoran: “¿Tu ángel guardián...?”
-Miao Yin: “Sí... ella me encontró y me trajo hasta aquí volando”
-Shaoran: “Y ¿Cómo era ella?”
-Miao Ying: “Era una señora bonita, de ojos verdes, con grandes alas, como la de las palomas, y traía su varita mágica”
-Meiling: “Sí, claro... y supongo que te concedió un deseo”
-Shaoran: “Muy gracioso sargento... será mejor que la llevemos a sus padres, ellos deben estar muy preocupados por ella”
-Meiling: “Está bien...”

Shaoran y Meiling llevaron a la niña a sus padres, donde les agradecieron el haberla encontrado. Aunque la niña insistía hasta más no poder que el que la encontró fue su ángel guardián y no ellos.
Pero, sus padres lo tomaron como cosas de niños las palabras de su pequeña hija.
Ya de regreso, Shaoran y Meiling conversaban del relato de aquella niña en el patrullero.

-Meiling: “Estás convencido que esa presencia que sentiste es la misma del edificio Nakai”
-Shaoran: “Ya te dije que sí, Mei...”
-Meiling: “Mmmm... que extraño, el misterioso ángel guardián aparece de nuevo”
-Shaoran: “Pero ¿Qué rayos está pasando?”
-Meiling: “Ay, cálmate... porque te obsesionas tanto con el tema. Ten en cuenta que ese susodicho ángel ayudó al obrero y, esta vez, a una pobre niña extraviada. Pienso que ese ángel está de nuestro lado”
-Shaoran: “Sí, creo que tienes razón...”

Por otro lado, en el restaurante Lisha Arigato, la alegre camarera estaba llegando. Ella fue recibida por Touya.

-Touya: “Ya era hora de que llegarás monstruo... menos mal que ahora tú eres la dueña y no el Sr. Ashihiro, sino te hubiera gritado como nunca”
-Sakura: “Perdóname hermano...”
-Touya: “Mmm... tú nunca cambiarás, verdad monstruo”
-“Ay, si mi hermano supiera,,,” pensaba Sakura sonriendo.
-Touya: “Vas a quedarte allí, Daidouji necesita ayuda”
-Sakura: “Sí... discúlpame, es que estaba distraída”

Sakura se disponía a ayudar a su amiga Tomoyo Daidouji en la atención al público.

-Tomoyo: “Y esta vez ¿Qué fue, Sakura?”
-Sakura (con voz bajita): “Una pequeña niña... se había extraviado fuera del parque”
-Tomoyo: “Y ¿Qué fue lo que hiciste?”
-Sakura: “La llevé volando hacia el parque, donde habían muchos árboles. Que suerte la mía que nadie me vio”
-Tomoyo: “Sí, que bueno Sakura...”
-Sakura (sonriente): “Ji, ji, ji... la niña pensó que era su ángel guardián”
-Tomoyo (riendo): “En serio...”
-Sakura: “Sí... luego, cuando vio mi llave mágica, pensó que era una varita mágica y me confundió con un hada madrina. Que bueno que no me pidió un deseo, porque sino, sí estaría en problemas”
-Tomoyo: “Ji, ji, ji...”

Retornando a la casa de Shaoran, él estaba preparándose algo de comer. En eso, él escucha el agradable timbre de la puerta. Él sabía que no eran sus hermanas, porque ellas tienen llave de la puerta.
Él, inmediatamente abre la puerta. Era el Sr. Tuniko, el viejo cartero que traía algo para Shaoran.

-Shaoran: “Oh, es usted...”
-Cartero: “Le llegó esto Sr. Li...”
-Shaoran: “Sí, muchas gracias, Sr. Tuniko. Tome, aquí tiene...”
-Cartero: “Oh, muchas gracias Sr. Li”

Lo que el bueno de Shaoran había recibido era un sobre con un papel adentro. Pero, en aquel insignificante papel resaltaba algo que Shaoran nunca había imaginado, una cosa que sería lo último que pensaría. Aquel papel era una demanda por parte de sus cuatro hermanas.
Él apenas podía creerlo, una demanda... una demanda, de su hermanas.

-Shaoran (sorprendido): “No, no puede ser... debe ser un sueño, un mal sueño. ¿Por qué ellas me han demandado? ¿Por qué?”

Pero, al volver a la realidad, él decide averiguar que estaba pasando. Así que, él llama a su abogada representante de nombre Naoko Yanagizawa.
Shaoran y su abogada habían decidido convocar una reunión con sus hermanas y su abogado, el Sr. Jack Miyamoto.
Al día siguiente, a eso del mediodía, en un edificio del Departamento Judicial de Tomoeda City, Shaoran y su abogada, Naoko Yanagizawa esperaban en una amplia oficina del recinto, donde tenía una buena vista de la ciudad.
Segundos después, aparecían las hermanas de Shaoran y su representante legal y, ahora, íntimo amigo, el abogado Jack Miyamoto.

-Naoko: “Muy bien... podemos empezar”
-Jack Miyamoto: “Vayamos al grano... sus hermanas exigen que no se divida el dinero de la lotería, es boleto de ellas”

Lo que sus hermanas exigían era que Shaoran diera la parte de su dinero a ellas, que equivale a un millon de yenes. Claro, con todo lo que él había donado sería menos.

-Naoko: “Es inaceptable...”
Pero Shaoran detuvo la intención de su abogada.

-Shaoran: “De acuerdo... les doy mi dinero”
-Naoko (sorprendida): “¡¡¡Que...!!! Ven acá...”

Su abogada lo jala lejos donde no puedan escucharlos.

-Naoko (molesta): “Estás loco...!!! porque estas cediendo todo sin pelear”
-Shaoran (mirando a su abogada atentamente): “Les doy mi parte, punto... y no quiero discutirlo”
-Naoko: “¿Cómo que no quieres discutirlo...? se trata de un millón de yenes”
-Shaoran (algo molesto): “Naoko, basta...”
-Naoko (replicándole): “Tiene que ser una broma...”

Cuando su abogada no conseguía cambiar de opinión a Shaoran, ambos volvieron a la mesa.

-Naoko: “Queda aceptado...”
-Jack Miyamoto: “Una actitud muy madura. Eso nos ayudará a darle trámite rápido al asunto en cuestión”
-Naoko: “Obviamente colega”
-Shaoran: “Supongo que eso es todo, verdad... eso es todo lo que querían”
-Naoko: “Yo creo que sí...”

En realidad... no era todo lo que querían las hermanas del policía.

-Jack Miyamoto: “Eso no es del todo correcto, Srta. Yanagizawa... estamos exigiendo también el dinero que el Sr. Shaoran le dio a la Srta. Kinomoto”

Tras las palabras del abogado de las demandantes, un conflicto se había generado en aquella oficina. Las hermanas de Shaoran exigían también que se le regrese el dinero que Shaoran le había dado generosamente a Sakura. El griterío y el malestar en él y su abogada era de esperarse ante tal exigencia.

-Shaoran (sorprendido y molesto): “¿Que...? Pero, no...”
-Naoko: “Eso es... totalmente imposible”
-Jack Miyamoto: “El Sr. Li Shaoran regaló las ganancias de sus cuatro hermanas sin su consentimiento ni conocimiento”
-Shaoran (casi suplicando): “Eso es horrible hermanas, por todos los rayos, basta...!!! Piensen en lo que están haciendo”
Ninguna de sus 4 hermanas se atrevían a darle la cara a su propio hermano. La soberbia y la avaricia las había invadido por completo. El abogado de sus hermanas seguía con su trabajo.

-Jack Miyamoto: “Con este fin, Sr. Shaoran... hemos escrito esta carta legal a la Srta. Kinomoto exigiendo que regrese el dinero inmediata y totalmente, de lo contrario, podría sufrir multas sustanciales por daños y perjuicios”

Shaoran se levanta de su asiento, molesto por la actitud de sus cuatro hermanas, más aún, pensando en que la única perjudicada aquí es Sakura.

-Shaoran (molesto y alzando la voz): “No lo puedo creer...”

En eso, su hermanas Shiefa y Feimei lanzan un comentario algo... impertinente y falso.

-Feimei: “Ay, ya no quiero oír mas gritos...”
-Shiefa: “Desde que conoció a esa camarera, nos ha hecho la vida imposible. Nos gritaba a su antojo y nos trataba como a unas esclavas”

Shaoran no pudo soportar el escuchar ese comentario y reacciona, apretándole el brazo a su hermana.

-Shaoran (molesto): “Oigan ¿Por qué hacen esto? No hice nada malo y Uds. lo saben”
-Shiefa (molesta, sacudiendo su brazo de la mano de Shaoran): “Ya nos cansamos que nos trates así. Se da cuenta Sr. Miyamoto, él siempre fue un abusivo con nosotras que somos sus hermanas”
-Sr. Miyamoto: “Sí, por supuesto Srta. Li Shiefa”

Con esa escena inventada por sus hermanas, la reunión había terminado.

-Sr. Miyamoto: “Hemos concluido la reunión... nos veremos dentro de dos días, en la corte”

Después de que sus hermanas se retiraron junto a su abogado, Shaoran y su abogada Naoko Yanagizawa se quedaron en la oficina.

-Naoko: “Debiste guardar la calma.. conociendo las artimañas de tus hermanas, podían utilizar esa escena en tu contra”

Pero él no pensó en eso, sino en que, por lo que había pasado, afectaría grandemente a Sakura

-Shaoran: “¿Cómo se lo voy a decir? ¿Cómo se lo puedo decir?”
-Naoko: “Aunque no se lo digas, se enterará igual. Ese abogado dijo que mando una copia legal a ella para que devolviera el dinero, recuerdas...”
-Shaoran (molesto): “Rayos...”
-Naoko: “Shaoran... sé que no te va a gustar nada lo que te voy a decir pero, tendrás que dejarla de ver algún tiempo, hasta el día de juicio...”

Después de eso, en un taxi, las cuatro hermanas de Shaoran celebraban lo que habían hecho.

-Fanren: “Muy bien chicas, las felicito...”
-Fuutie: “Que buena actriz eres Shiefa”
-Shiefa (presumiendo): “No cabe duda que merezco un Oscar... ji, ji, ji”
-Feimei: “Pero vieron la cara de Shaoran cuando le exigimos que esa mesera nos devuelva el dinero”
-Shiefa: “Sí, no cabe duda que él tiene un romance con esa”

El abogado de ellas, el Sr. Jack Miyamoto, después de escuchar tanta algarabía de las chicas, por fin pronuncia algunas palabras.

-Jack Miyamoto: “Vamos Chicas, todavía no es tiempo de celebrar, falta mucho pan por rebanar, ahora, pasaremos a la fase dos”
-Todas: “De acuerdo...”

Aquel día, Shaoran regresó a su lujoso departamento, pero sólo para recoger lo que le pertenecía. Él había decidido irse a vivir en el pequeño departamento de su compañera, la sargento Meiling, hasta el día del absurdo juicio originado por sus hermanas.
Eran aproximadamente las 5:30 p.m. cuando ocurrió lo inevitable. Sakura había recibido la carta legal del Juez Miyamoto, exigiéndole la devolución del dinero que Shaoran había dividido con ella, gentilmente. Si no lo hacía, ella podía ser
Sakura se sintió devastada al leer la carta; nuestra alegre camarera no pudo soportarlo y se encerró a su habitación. Touya poco pudo hacer para evitar el sentir de su hermana; tampoco conseguía consolarla, ni siquiera el pequeño Kero, ella estaba profundamente deprimida.

Una hora después, el teléfono en la casa de Sakura sonó, pero nadie contestó. Touya había salido a buscar a Yukito y Tomoyo para unírsele en la tarea de tranquilizarla. En cambio Sakura, al estar aún en su tristeza, prefería que el que esté llamando a su casa dejara el mensaje por la contestadora.

-Contestadora (con la voz de Sakura): “Hola, soy Sakura Kinomoto y en estos momentos no estoy en casa. Así que, deje su mensaje después del tono, gracias... pip”

Después del mensaje de ausencia en la contestadora, una voz conocida para ella se escucha. Era el oficial Li Shaoran.

-“Sakura, soy yo... Shaoran, sólo quería decirte que pienso en ti y que vamos a ganar el juicio porque es lo correcto y no creas que tienes la culpa de todo esto porque no la tienes. Si me necesitas, estaré con Meiling en el 555 606 4112. Espero poder verte de nuevo, sino... nos veremos en la corte. Adiós, mi amor... tranquila, sí...”

Cuando el mensaje terminó, Sakura por fin salía de su aislamiento. Pese a tener su mano en su pecho, pudo escuchar los latidos de su gran corazón. El amor que sentía por el policía, le devolvía la tranquilidad, aunque... no la alegría.
Kero, al ver que Sakura no estaba deprimida en su cama, se le acerca y trata de hablarle.

-Kero: “Sakura... Sakura ¿Estás bien? Respóndeme por favor... me preocupa verte así”

Sakura le retorna la mirada.

-Sakura (con voz triste): “Sí Kero... estoy bien”
-Kero: “Ay, Sakura... nunca te había visto así desde aquel día...”

El día que Kero mencionaba era el día que su papá Fujitaka falleció, producto de una larga enfermedad que tuvo.

-Sakura: “Descuida, estoy bien... no te preocupes”
-Kero: “Cómo no me voy a preocupar... no me voy a quedar tranquilo hasta que estés alegre, Sakura...”

Kero le daba aire a Sakura sacudiendo sus diminutas alitas. Sin duda, el estado anímico de Sakura lo preocupaba mucho.

Ya era de noche y, en el departamento de Meiling, ella acomodaba a Shaoran para que pueda pasar la noche. Mei le ofreció su cómodo aunque viejo sofá a Shaoran como cama para dormir.

-Meiling: “Espero que no te moleste dormir en este sofá, Shaoran...”
-Shaoran: “No Meiling, para nada... te lo agradezco mucho”
-Meiling: “Hay sodas en el refrigerador y el televisor está allí...”
-Shaoran: “Muchas gracias Meiling... y cuanto lo siento”
-Meiling (guiñando su ojito): “No te preocupes, Shaoran...”

Shaoran, al igual que Sakura, pasaban por días difíciles, tristezas y decepciones pese a que todavía no llega el inevitable día del juicio que tendrán con las hermanas del policía.
Lo único bueno que tienen ellos es el amor que sienten el uno por el otro, como también el apoyo incondicional todos sus conocidos y la confianza que tienen el ganar el juicio.
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